Los políticos destrozan el lenguaje para
prevenirse de, algún día, más allá del Arco Iris, decir algo con verdadero
sentido. La frase es del psicoanalista cognitivo estadounidense Steven Pinker,
autor de The Sense of Style. A veces
lo hacen deliberadamente, como cuando el secretario de Estado de EE. UU., John
Kerry, anunció que Barack Obama “tenía el deseo de intentar ver de qué modo
podemos hacer algunos esfuerzos con la finalidad de facilitar las cosas”. Para
Pinker, la frase se abrevia en “el presidente quería ayudar”.
Contra lo que se generalmente se cree, el
lenguaje académico de las universidades y el leguleyo de los abogados y jueces no
son abstractos y sofisticados por la complejidad de sus conceptos. Según
Pinker, el academese, como nombra a
ese estilo, responde, entre otras razones, al instinto de autodefensa. Las
sentencias judiciales y los contratos son ilegibles porque se busca así
resguardarse de cualquier planteo en contra, y los textos académicos, de
cualquier crítica. Es difícil hallar en un escrito totalmente incomprensible algo
particularmente reprochable.
Los políticos hablan como los jugadores de
fútbol “a pie de campo” (“Somos once contra once”), advierte
Miqui Otero en El País, o como el extraño jardinero de
la novela de Jerzy Kosinski,
Desde el
jardín, que, pese a conocer solo de plantas, llega a ser asesor de la Casa
Blanca precisamente por su capacidad de hablar en forma vaga.
Para Otero, el Lope de Vega de esta retórica
quizás sea Jordi Pujol, expresidente de la Generalitat de Catalunya, que, en
una conferencia en la Universidad privada Ramon Llull en 1995, dijo: “La
financiación de los partidos es un misterio, pero un misterio de aquellos que
no son misterio, porque están muy claros, pero que siguen siendo un misterio”.
Puro chamullo
Ese mismo estilo vaporoso y enrevesado suele
escucharse en las entrevistas radiales y televisivas a políticos locales. Un
funcionario declaró que el Gobierno “siempre [está] buscando la posibilidad de
que la articulación y la eficiencia vaya[n] permitiendo que podamos hacer las cosas que realmente la gente está
demandando en cada comunidad”. Más allá
de que articulación no es sinónimo de
coordinación, la frase es puro
chamullo. Lo que dijo es que “el Gobierno busca hacer las cosas que demanda la
comunidad”. Bueno, lo que todos, en mayor o menor medida, esperan de un
gobierno.
La perífrasis durativa estar + gerundio es un rasgo distintivo de los discursos de los políticos
y funcionarios locales. Abusan también de ella los periodistas deportivos,
cuando anuncian que tal equipo “se estará enfrentando” con tal otro o que tal
torneo “se estará disputando” en tal lugar. Estar
+ gerundio presenta la acción en el curso de su desarrollo, por lo que es
incorrecto en enunciados como *El equipo
estará viajando mañana a Santa Fe.
Abundan últimamente los anuncios de “trabajo
en conjunto”. Aparte de que es una forma artificiosa de hacer referencia a la
colaboración entre organismos en una determinada tarea, la locución adverbial
“en conjunto” no es equivalente a “conjuntamente” o “mancomunadamente”. “En
conjunto” significa ‘en su totalidad, sin atender los detalles’ (El espectáculo me pareció en conjunto muy
atractivo). Aún así, la expresión se reproduce sin reparos en la prensa,
con lo que quizá resulte conveniente que
los periodistas aprendan a consultar el diccionario.
En el neolenguaje político y burocrático, posicionar
es sinónimo de ubicar. Por qué decir La provincia se posiciona octava en cantidad
de muertes por accidentes viales, si lo adecuado es “se ubica”. Posicionar es ‘postura, actitud o modo
en que alguien o algo está puesto’; ‘categoría o condición social de cada
persona respecto de las demás’; ‘situación o disposición’; ‘actitud o manera de
pensar, obrar o conducirse respecto de algo’. Ubicar es ‘situar o instalar en determinado espacio o lugar’,
‘colocar (‖ acomodar en un empleo)’; ‘hallar (‖ dar con lo que se busca)’,
‘estar en determinado espacio o lugar’; ‘obtener un buen puesto en un
concurso’.
Una cosa es una cosa…
No son pocos los que usan erróneamente
extranjerismos en su afán de parecer cultos. Es el caso de racconto, en vez de resumen,
en algunos casos, o de balance, en
otros, o lo que es peor, como equivalente de recuento.
Racconto es un vocablo italiano que significa ‘recuerdo’. Es una técnica
narrativa que consiste en volver al pasado. El relato va progresando en forma
lineal hasta llegar al punto de partida de la historia, que es el momento del
recuerdo.
La técnica es usada en literatura, en el
cine y en las series de televisión. Pedro
Páramo, de Juan Rulfo; la serie Lost
y los filmes Titanic y El curioso caso de Benjamin Button son
ejemplos donde se usa el racconto como
técnica narrativa.
En momentos en que el fenómeno de El Niño
da que hablar, funcionarios y periodistas insisten en confundir clima con estado del tiempo. El Diccionario de la lengua española dice
que clima es el ‘conjunto de
condiciones atmosféricas que caracterizan una región’. Es una región de clima muy cálido y torrenciales lluvias. En
cambio, tiempo es, en la acepción que
interesa aquí, ‘estado atmosférico’. Hace
buen tiempo.
Si decimos que hoy llueve en Corrientes, hablamos del fenómeno atmosférico,
objeto de estudio de la meteorología, mientras que si decimos que en el oeste de la provincia las lluvias son
escasas, nos referimos a las condiciones atmosféricas propias de la zona,
objeto de estudio de la climatología.
De este modo, es el estado atmosférico
favorable o desfavorable –el buen tiempo
o el mal tiempo– el que en general
incide en la realización de, por ejemplo, eventos al aire libre y no el clima, que se establece con información
estadística del tiempo atmosférico (temperatura, humedad, presión, vientos y
lluvias) durante un período de al menos 30 años.
Otro error generalizado en el lenguaje
burocrático y muy extendido en la prensa es la elisión de los artículos
definidos. Por ejemplo, se impuso el uso de Nación,
sin artículo, en referencia al Poder
Ejecutivo Nacional o al Gobierno nacional: *Nación
lanza un plan para desendeudar a las provincias. Esta forma es impropia y
hasta de mal gusto. Es: La Nación lanza
un plan para desendeudar a las provincias.
Del mismo modo, se omiten los artículos
definidos en las siglas: *DPEC optimiza
el servicio. Es la DPEC, porque
es la Dirección Provincial de Energía
de Corrientes.
En Corrientes, por asimilación con el CAPS
(Centro de Atención Primaria de la Salud), se dice *el SAPS. Es un error porque la expresión abreviada es Sala de Atención Primaria de la Salud,
por lo que lo correcto es la SAPS.
El género de las siglas se define por el
género de la palabra que constituye el núcleo de la expresión abreviada. Así es
la Anses, porque es la Administración Nacional de Seguridad
Social, y no *el Anses, como
dicen algunos ministros y periodistas.
Atentado con haber
Si de atentar contra el lenguaje se trata, los
que usan
hubieron cumplen cabalmente
con ese cometido.
Haber, como
impersonal, denota presencia o existencia de lo designado por el sustantivo que
lo acompaña. Es estos casos, es invariable en número, puesto que el sustantivo
es complemento directo, no sujeto. Por tanto es incorrecto decir
*Hubieron varios heridos graves. Lo
correcto es
Hubo varios heridos graves.
Del mismo modo, es habrá sesiones extraordinarias y no *habrán sesiones extraordinarias.
En caso de que
haber forme parte de una perífrasis con, por ejemplo,
ir + a, este debe permanecer invariable:
El ministro dijo que va a haber reuniones
con los sindicatos. Y no que
*van a
haber reuniones, como suele escucharse.
El machismo no es solo cosa de hombres
En lo que fue la defensa del androcentrismo
más recalcitrante, una concejala de la ciudad de Corrientes corrigió a un
periodista en una entrevista radial por llamarla así, concejala. A su entender, ella es concejal porque así lo determina la Constitución y, en consecuencia,
objeta el uso del femenino, según intentó explicar.
La entrevistada es mujer y desempeña el
cargo de legisladora municipal, por lo tanto es válido llamarla concejala o edila, del mismo modo que a la mujer que ocupa el cargo de juez se
le dice jueza; a la que ocupa un
Ministerio, ministra; a la que asume
en la Intendencia, intendenta, y a la
que llega a la Gobernación, gobernadora.
El argumento de la concejala es fácilmente
refutable y así quedó demostrado con la réplica del periodista. La Constitución
tampoco habla de gobernadora, sin embargo
eso no será óbice para que, en caso de que alguna vez en Corrientes una mujer ocupe
ese cargo, se la llame gobernadora,
como se la llama a las que gobiernan otras provincias del país, y no la gobernador.
Es lamentable
que una mujer se atenga a las formas impuestas en un texto constitucional
seguramente redactado en su mayoría por hombres y no observe que la lengua –aunque
a veces en forma lenta– acompaña los cambios sociales y, en consecuencia, en
estos tiempos, ya no es válida la acepción registrada en el Diccionario de, por
ejemplo, jueza como ‘mujer del juez’.
El problema de problemática
Según la visión de los organismos
gubernamentales, los problemas ahora
son problemáticas y los temas, temáticas. Los periodistas incorporaron la misma visión e infestan los
artículos con esas palabras, quizá porque entienden que decir problemática en lugar de problema los hace parecer más letrados.
El Diccionario
dice que el sustantivo problemática es ‘conjunto de problemas
pertenecientes a un ámbito y actividad determinada’. Y temática, ‘conjunto de los temas parciales contenidos en un asunto
general’.
En la prosa policial, la impericia verbal
de los “uniformados” y la nula capacidad crítica de los periodistas facilitaron
la asimilación de ver con visualizar. Según el DRAE, la palabra visualizar (o visibilizar)
significa ‘representar mediante imágenes ópticas fenómenos de otro carácter; p.
ej., el curso de la fiebre o los cambios de condiciones meteorológicas mediante
gráficas, los cambios de corriente eléctrica o las oscilaciones sonoras con el
oscilógrafo, etc.’ y ‘hacer visible una imagen en la pantalla de una
computadora’.
Por lo tanto, no debe usarse como sinónimo
de ver, como en *Los agentes visualizaron
a los ladrones a unas pocas cuadras y los detuvieron. El verbo visualizar sí sería apropiado en caso de que se comprobara fehacientemente que
los policías de estos lares son robocops.
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