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22.11.13

Insultar es repetir vocales


 Un truco del idioma para atenuar la descalificación. 

Carcamán, charlatán, haragán, mequetrefe, papanatas, pelele. ¿Qué tienen en común estas palabras? En primer lugar, son términos que se usan en el lenguaje coloquial para insultar o descalificar, o para referirse a alguien en tono despectivo. En segundo lugar, se caracterizan por la repetición de una misma vocal.
Álex Grijelmo opina que ese es un truco del idioma para rebajar la descalificación. Lo dice en un artículo publicado en el diario El País, Las vocales repetidas insultan menos. 
“El genio del idioma español previó el insulto, qué remedio. Pero ideó un truco para rebajarlo: la repetición de una misma vocal en una misma palabra. Creaba así adjetivos que más describen que descalifican. O sea, el mal menor […] Muchos insultos que alumbró la lengua se camuflan con un ropaje simpático, como ‘tarambana’, y logran un efecto sonoro que parece más un juego que un juicio. Entre los [insultos] que proceden de la historia, tenemos ‘nazi’, ‘franquista’, ‘estalinista’... Todos tremendos”, dice Grijelmo.
 “La reiteración de la letra a parece muy productiva”, opina Grijelmo. En tarambana se pronuncia cuatro veces la misma vocal para referirnos a una ‘persona alocada, de poco juicio’, según el Diccionario. Charlatán es alguien que habla mucho y sin sustancia, y también es un embaucador. Al que rehúye el trabajo le dicen haragán y a quien se enoja con facilidad, cascarrabias. La persona simple y crédula puede ser un papanatas y a un estúpido en España le dicen soplagaitas.
Entre los bisílabos, Grijelmo menciona carca, que significa retrógrado. Patán es alguien grosero y tosco, y tosco, que también repite la vocal, es, además de grosero, inculto, sin doctrina ni enseñanza.
La vocal “o” es la más efectiva: bobo, fofo, ñoño, soso, tonto. Sorongo es, en América, porción de excremento y, referido a persona, es adjetivo: perezoso. Zocotroco (socotroco) es una persona robusta, pero también alguien torpe y poco inteligente.
La vocal “e” tiene también buenos resultados. Mequetrefe es el entrometido y de poco provecho; enclenque es alguien débil que no sirve para un trabajo físico y un pelele, una persona simple o inútil.
La “i” tiende a señalar lo pequeño o despreciable: nimio, ínfimo.
Claro está que, como aclara Grijelmo, no todos los insultos populares se basan en esas eufonías. También existen estúpido, idiota, imbécil. Y quizás por ello parecen más fuertes.
Ahora bien, la repetición de la “o” tiene resultados incomparables casi en todo. Si no lo cree, León Gieco lo certifica:
Nosotros no somos como los Orozco,
yo los conozco, son ocho los monos:
Pocho, Toto, Cholo, Tom,
Moncho, Rodolfo, Otto, Pololo.
Yo pongo los votos sólo por Rodolfo,
los otros son locos, yo los conozco, no los soporto.
Stop. Stop.

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